lunes, 25 de noviembre de 2013

Políticas Económicas Alternativas para España



En España, con una cifra oficial de desempleo del 26% y en una economía que proyecta un decrecimiento del 1,3% este año, parece que va a ser difícil seguir implementando políticas de austeridad ya que éstas podrían conllevar una vuelta de nuestra economía a la recesión y agravar todavía más nuestra ya deteriorada situación económica.


El CEPR (The Center for Economic and Policy Research) acaba de realizar un estudio sobre políticas alternativas para el retorno del pleno empleo en España en el que argumenta que hay alternativas a la aplicación de la política de austeridad.

Comenta que, si hoy el PIB está muy por debajo de su PIB potencial, implica que la economía está llena de trabajadores cualificados que están desempleados porque las empresas no prevén ventas suficientes como para hacer estos trabajadores rentables.

Según el CEPR, sólo incrementando la demanda de bienes y servicios se puede recortar este desempleo de estos recursos humanos formados.

Otra opción puede llegar por un aumento de la demanda del sector exterior. Ya se ha priorizado ello con políticas de oferta (devaluación salarial, reformas laborales,...), aunque ello puede tener efectos algo dilatados en el tiempo e indeseados en la demanda interna. Otra vía sería con devaluación de la moneda nacional (para aumentar la demanda de bienes y servicios nacionales, entrada de capitales,...), pero con la actual moneda única no es posible.

Para elaborar sus nuevas propuestas de política económica para España, el CEPR ha tenido en cuenta los diferentes recientes análisis de organismos supranacionales que han demostrado que existe un mayor multiplicador fiscal del que se había previsto anteriormente, y presupone una subestimación por parte del FMI sobre la posible evolución futura de la diferencia entre el PIB y el PIB potencial de la economía española.

Así, teniendo en cuenta ambos factores, el CEPR considera las siguientes posibilidades de políticas económicas alternativas:

1. Incrementos del gasto público directo de un 1% del PIB potencial

2. Reducir impuestos en un 1% del PIB 



Según ha estudiado el CEPR, cada una de estas alternativas, disminuiría el Balance Primario Ajustado Cíclicamente (PIB potencial respecto PIB en % menos gastos primarios) en un - 1% del PIB potencial, y también esa reducción se produciría en el largo plazo en los siguientes años. Los efectos positivos en el PIB serían mayores en el caso de un aumento del gasto público que en el caso de una reducción similar en los impuestos.

¿Cuánto puede España llegar a acercarse a su PIB potencial en 2018 (y al pleno empleo)?

Se han considerado dos objetivos de Balance Primario Ajustado Cíclicamente (PIB potencial respecto PIB en % menos gastos primarios) del -1% o del -2%.

Ambas requieren mayores ingresos y gastos que el escenario base actual. El primer objetivo emplea mayores ingresos y gastos que el segundo, pero genera mayor PIB en el largo plazo con menos deuda como porcentaje de la economía que el escenario base. El segundo objetivo (menos ambicioso) conlleva mayores niveles de deuda absoluta y relativa.

En ambos objetivos, como el CEPR asume la necesidad de financiar esa deuda externamente, cree que la evolución de los tipos de interés podrían llegar a representar un coste real importante para la economía española. Así, como España no puede actualmente monetizar la deuda, podría existir la necesidad de que:

3. El BCE compre deuda pública española en el mercado secundario para reducir los efectos en el coste de la deuda, permitiría a España reducir su deuda y aumentar su déficit primario. Suponiendo que el BCE financiara el 50% del estímulo propuesto (del exceso de financiación), al poder crear moneda cuando quiere, el único coste para él podría circunscribirse al coste acumulativo del pago de intereses. En el primer objetivo considerado, estaríamos ante un coste anual para el BCE de 1.000 M de euros (menos del 0,1% del PIB anual de España), y ello podría conllevar una menor deuda pública respecto a PIB para España que en el escenario base.

Según el CEPR, parece cierto que mientras España siga manteniendo su preocupación con los niveles de deuda, el BCE va a seguir proveyendo asistencia al Gobierno Español y que esa pequeña ayuda podría llegar a ser factible.

El CEPR considera que, con estas políticas alternativas, un objetivo de pleno empleo para 2018 podría llegar a ser alcanzable. Considera que si existiera una recuperación económica más rápida, España podría tener menor deuda pública en relación del PIB (al aumentar el PIB mucho más que lo que aumentase la deuda), y una mayor facilidad para su retorno a los acreedores.

Así, aunque un papel más activo del BCE podría facilitar a la economía española llegar al pleno empleo en el 2018, el CEPR considera que con los escenarios descritos España tendría opciones para retornar al pleno empleo por sí sola con esas políticas.



Según mi opinión, sin saber si los efectos descritos se producirían en los términos que describe el CEPR, lo que me parece claro es que la situación de la economía española (y la creación de empleo) puede mejorar con la implementación y coordinación óptima de las siguientes políticas: 

  • Reducciones selectivas y afinadas de los impuestos que pagan todos los ciudadanos
  • Incrementos de impuestos a las muy grandes fortunas
  • Incrementos en el gasto público en inversiones que aumenten la capacidad de crecimiento potencial de nuestra economía
  • Compra de deuda pública española por parte del BCE para reducir el coste financiero

Así mismo, dado que se observan signos de debilidad de la economía europea, una ligera depreciación del euro en relación a otras monedas podría ayudar a mejorar la situación económica europea y podría conllevar incluso un mejor comportamiento del sector exterior del observado hasta el momento, lo que se vería reforzado por las mejoras competitivas realizadas (más las que pudieran llegar en el futuro). El BCE debiera considerar este extremo y ser muy cauteloso en las medidas en este sentido a aplicar.

En todo caso, creo que desde España debemos seguir profundizando en políticas económicas ya que nuestra situación económica y social actual es claramente insostenible.


martes, 6 de agosto de 2013

FMI reconoce el error en la estrategia propuesta para España




Tradicionalmente, los costes laborales han sido indicadores muy utilizados entre otros para examinar la competitividad de los países vía costes y su capacidad de crecimiento y de creación de puestos de trabajo.

Ahora bien, los costes laborales que se suelen examinar para la competitividad suelen ser los sueldos brutos, bastante más altos que los salarios netos.

Hoy, por ejemplo, un empresario medio en España tiene que pagar unos 7.700 euros extra sobre un salario de 23.000 euros (un 34% aproximadamente del salario bruto) en distintos costes laborales como la Seguridad Social. Y este coste según los casos puede llegar a ser claramente superior.

Estas cifras sitúan a nuestro país en el sexto puesto del mundo con mayores cargas laborales para los empresarios por trabajador, por encima de la media europea, situada en 6.200 euros (27% del salario bruto). Lo cual a priori ya de por sí parece descabellado a tenor del desempleo existente (que después del de Grecia es el mayor de la UEM) y que ello desincentiva la creación de trabajo.


Así, en España existe la gran paradoja que existen salarios netos relativamente bajos a nivel europeo y los salarios brutos quizás altos para ser competitivos y ello conlleva los siguientes efectos negativos:

1. Menor capacidad adquisitiva de los consumidores y por tanto menor consumo

2. Menor competitividad vía costes de nuestros productos

3. Menor capacidad de contratar y por tanto menor empleo



Recientemente, para apoyar la creación de empleo, el FMI ha aconsejado a España realizar las siguientes políticas:

a)   Gran acuerdo con los agentes sociales para reducir un 10% los salarios nominales en 2 años

b)   Reducir un 1,66% las cotizaciones a la seguridad social de las empresas

c)   Subida dos años más tarde del IVA efectivo, más mediante la generalización del IVA normal que subiendo el IVA máximo

Según el FMI, se lograría con ello:

- Reducción del salario real y una depreciación interna del 5% en 3 años, consiguiendo aumentar de forma relevante las exportaciones y disminuir las importaciones.

- Un pacto social creíble podría tener un impacto positivo en la inversión, derivado de los menores costes laborales y las mejoras de las previsiones económicas.

- El PIB sería hasta 2017 un 5% superior con estas políticas

- El déficit fiscal aumentaría al principio pero, al aumentar la actividad económica y generalizar el IVA normal, la deuda pública sería menor después que en el escenario actual.

- El empleo estaría en 2017 un 7% por encima del actual escenario esperado

- A partir del segundo año de reducir las cotizaciones sociales, ya empezaría a haber un aumento del empleo, que junto con una menor inflación, conllevaría un aumento del consumo considerable. 


A la luz de la propuesta realizada, primero de todo creo que se debe destacar que es positivo que el FMI haya empezado a matizar las políticas oficiales que se han manejado en los grandes organismos mundiales sobre España:

Hasta el momento, se ha manejado la idea que una devaluación interna vía salarios (fuese del nivel que fuese) sería suficiente para solventar los desequilibrios existentes en la economía española. Hoy, ya se ha constatado que esta única vía ha fracasado (al debilitar la devaluación interna de salarios demasiado el consumo y tener efectos demasiado negativos para nuestra economía).

Por tanto, el FMI ya reconoce este hecho hoy al aconsejar repartir los costes, parte entre asalariados y parte entre el sector público (al ingresar menos inicialmente) en lugar de hacer recaer todo el peso en los asalariados, como se había dicho hasta ahora.

Seguramente, habrá quien diga que porqué se libera de este coste al empresario si éste puede aprovechar el cambio sólo para engrosar beneficios. Quizás pueda existir alguna razón en ello. Pero también es cierto que con esta bajada de las cotizaciones sociales los productos españoles serán más competitivos sin tener que bajar salarios a los trabajadores de la forma como se querían hacer bajar hasta el momento y que las cotizaciones sociales demasiado altas pueden ser plenamente plenamente desincentivadoras para la creación de nuevos puestos de trabajo (su bajada puede proporcionar más empleo).


Ahora bien, a la vista del estudio del FMI, me pregunto,

¿ No deberíamos realizar una devaluación de salarios mucho menor si disminuyésemos de forma mucho más contundente las cotizaciones sociales de las empresas (por ejemplo, algo menos que la media que la UE, dado nuestro mucho mayor paro) ?

¿ Es justo que los salarios netos en España respecto a la UEM sean bajos y la fiscalidad indirecta tan elevada relativamente (en función de salarios) ?

¿ Es justo que tengamos las cotizaciones sociales de las empresas de las más elevadas de Europa, siendo el país con más desempleo después de Grecia ? (afectan al consumo y empleo !!)

¿ No es posible argumentar todo esto a nivel europeo y en los organismos internacionales ?

¿ No sería mejor apostar por realizar actividades diferentes, mejores, innovadoras, generadoras de valor,... en lugar de sólo competir en costes (a nivel mundial existen muchísimos países con muchísimos menores costes que nosotros y a muy, muy largo plazo ésta podría no ser una relevante fuente de ventajas competitivas) ?


La reducción de las cotizaciones sociales de las empresas tiene efectos positivos:

- Aumenta la competitividad de los productos españoles

- Devalúa internamente nuestra economía ...

- Aumenta las exportaciones

- Disminuye las necesidades de financiación externa

- Aumenta el empleo

- Aumenta el consumo a medio plazo

y no tiene los efectos indeseados que sí tiene la reducción de salarios (menos consumo, más insolvencias de empresas, menos empleo, menos ingresos públicos,...)


Así pues, según mi opinión, tenemos que reestructurar nuestro sistema fiscal de forma que aumente actividad, empleo, consumo,... y además se reduzcan las desigualdades sociales (que han aumentado dramáticamente en los últimos años). Y eso pasa por:

1. Reducir impuestos indirectos (buscando generar más actividad, más empleo y menos desigualdades sociales): reducir los impuestos indirectos de subactividades más específicas y con más detalle, teniendo en cuenta el máximo impacto fiscal posible y la compatibilidad con el proceso de consolidación fiscal europeo

2. Aplicación de un impuesto extraordinario y puntual sobre las grandes fortunas (1% de la población) para poder promover el crecimiento y el empleo

3. Eliminación de deducciones en el impuesto de sociedades, sobretodo en el caso de las grandes empresas.

4. Disminución de las cotizaciones sociales que pagan las empresas, mucho más relevante que la aconsejada por el FMI, potenciando así la creación de empleo al tener un menor coste total por empleo creado.



Sé que mi opinión en cuanto a la tributación a las personas va en contra de lo que dicen los diferentes Servicios de Estudios de este país (apuestan más por una reducción del IRPF y no por una reducción del IVA) pero creo que es mejor una reducción de los impuestos indirectos porque no son redistributivos (necesitamos que más consumidores puedan consumir más).

No me da miedo equivocarme al proponer soluciones alternativas a las de los diferentes Servicios de Estudios: ya en 2008 supieron diagnosticar correctamente los problemas de la economía española (endeudamiento de familias, empresas y Estado a finales de 2007 era del 234% del PIB) pero no las soluciones (con éstas, hoy este endeudamiento es del 272% del PIB,  la situación se ha deteriorado muchísimo, en términos de empleo, actividad,... y la deuda se ha socializado).